

Luego de permanecer cerrada durante más de 20 años, el martes 20 de diciembre volvió a abrir sus puertas la hostería del Dique Cipolletti en Luján de Cuyo. Esta joya del patrimonio cultural mendocino fue construida en 1940.
Allí, las empresas EUCA, Anna Bistró, Brillat Savarin y Aeropostal unen su experiencia y know how para brindar una experiencia educativa, gastronómica y de entretenimiento en un entorno natural privilegiado.
“Hace tiempo buscábamos un lugar para llevar adelante este proyecto y cuando conocimos el Dique Cipolletti, su arboleda, sus características naturales y edilicias, no dudamos en que era el indicado”, cuenta el empresario francés Jerome Constant (dueño del restaurante Anna Bistró, de la pastelería Brillat Savarin y de la marca de cerveza artesanal Aeropostal).
La sociedad la conforma junto a Charlotte Panouillé (gestora de proyectos culturales y artísticos) y Daniel Rivier (director de EUCA, compañía dedicada a la construcción de parques aéreos).
“La hostería cuenta con capacidad para 150 personas y ofrece una propuesta gastronómica familiar que incluye carnes, pizzas elaboradas con masa madre de cultivo y hamburguesas con panes recién horneados. Los comensales también encontrarán algunos platos emblemáticos de Anna Bistró y los postres de Brillat Savarin”, destaca Jerome.
Aventura, naturaleza y educación
Sin dudas, uno de los mayores atractivos de este nuevo emprendimiento es un parque aventura aéreo, montado en las 2 hectáreas que tiene el predio, rodeadas de árboles.
Desarrollado por la empresa EUCA, que ya ha construido proyectos similares en San Rafael, Tigre y Bariloche, entre otros lugares, el parque cuenta con 66 juegos y 21 tirolesas. La propuesta está orientada a toda la familia y posee actividades divididas por niveles. Además, el espacio permite realizar eventos sociales y corporativos.
Otra de las atracciones es el Centro de Interpretación de la Cultura del Agua (CICA Cipolletti). El Departamento General de Irrigación ha generado en todas las cuencas de Mendoza, espacios que permiten profundizar los vínculos de la sociedad con el agua donde se busca poner en valor la historia del lugar, el desarrollo provincial y las obras hidráulicas.
Allí, una muestra del reconocido dibujante Chanti, dedicada al cuidado del recurso hídrico, completa la experiencia.
“Estamos muy entusiasmados y agradecidos a la Intendencia de Luján de Cuyo y a Irrigación”, indica Jerome.
Si bien no compartió números del proyecto, comentó que la concesión es por 10 años y que se trató de una inversión importante en la que las cuatro empresas que lo conforman hicieron su aporte.
“Un punto a destacar es que el ingreso al predio es libre y peatonal (el acceso a los juegos del parque sí tiene costo y las entradas pueden reservarse desde www.eucamendoza.com). Para dejar los autos hay una playa de estacionamiento.
Durante la temporada estival, la hostería abrirá todos los días, de 10 a 22 h. Esperamos a todos los mendocinos y turistas para disfrutar de este lugar mágico”, finaliza.
Algunos datos históricos
Las acciones de los gobiernos que entre 1932 y 1943 tuvo Mendoza promovieron uno de los primeros ejemplos a nivel nacional de concreción de políticas públicas vinculadas al turismo. Impulsadas a través del Ministerio de Industrias y Obras Públicas, se aprobaron las leyes N° 1216/36 y N° 1298/38 y sus complementarias N° 1351/39 y N° 1401/41.
La primera de ellas creó la Dirección Provincial de Turismo y contempló diversos estímulos a la inversión privada. La segunda habilitó la posibilidad de que el estado provincial construyera distintos alojamientos y los concesionara. La Dirección Provincial de Arquitectura asumió la responsabilidad de diseñar los edificios emanados del estado. Comandada por Arturo Civit fue la repartición que proyectó y construyó la hostería del Dique Cipolletti, en el departamento de Luján de Cuyo. Levantada entre febrero y agosto de 1940 se invirtieron alrededor de $ 72.000 m/n.
El proyecto incluyó en planta baja un living-room, comedor, cocina, sanitarios, office y dependencias de servicio, amplias galerías, terraza y pérgolas. En la planta alta se distribuyeron cuatro dormitorios, tres baños, terrazas y balcones para poder admirar el entorno.
En las inmediaciones del edificio se generó un lago artificial con una isla en el medio. Esta hostería estuvo asociada a un camping, que durante años fue concesionado al Automóvil Club Argentino. La arquitectura respondía al pintoresquismo historicista, en una vertiente ligada al californiano, con muros blancos de texturas rugosas, cubiertas inclinadas con tejas españolas, galerías con arcos de piedra y barandas de madera tratada a la hachuela o en hierro forjado. Se resaltaba que esta rusticidad era la que más se adaptaba a Mendoza “por las características del clima, la topografía del suelo, la luminosidad de la región, los materiales regionales, lo que contribuye a no encarecer el costo de la obra”. En efecto tejas, madera, piedra y ladrillos provenían del mercado local. La planta de la hostería se caracteriza por una composición aditiva, que evidencia gran riqueza espacial y plástica.
El volumen resultante está articulado en torno a un elemento de planta circular de mayor altura, instituido como foco de la composición, donde se provoca el acceso principal al edificio. Las fachadas son asimétricas y determinan distintos modos de conectarse con el paisaje circundante: por medio de galerías, aventanamientos de pequeño porte o a través de balcones salientes con y sin techo.
* Investigaron y comparten detalles de la historia: dra. Cecilia Raffa, dra. Laura Ortega y dr. Juan Pablo Bianchi.