viernes 07 de febrero de 2025 - Edición Nº5422
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Vinos | 16 feb 2023

Agustina Hanna, la mendocina sub-35 que juega en las grandes ligas del vino

La joven winemaker, que ha trabajado en bodegas de Argentina, España y Francia, comparte sus proyectos y visión particular sobre la industria.


A sus 32 años, la enóloga mendocina Agustina Hanna cuenta con una importante trayectoria en el mundo del vino, con experiencias dentro y fuera del país.

Sobre sus inicios y nuevos proyectos en Ruca Malén conversamos con ella.

¿Cómo comenzó tu carrera?

Mi pasión por el vino arrancó desde chica. Recuerdo que en el colegio nos llevaron a visitar una bodega. En ese momento, sentí la magia del vino: sus sonidos, sus aromas y supe que me iba a dedicar a eso. La vida me fue guiando y todo lo que me sucedía me indicaba que lo mío era el vino.

Ingresé en la carrera de Enología de la Universidad Juan Agustín Maza. Mi familia no está relacionada con el sector y lo mío fue interés puro.

Creo que no todo está en los libros, sino en la acción, por eso comencé a trabajar mientras estudiaba. Mi primera cosecha fue en el 2010 y a lo largo de estos años tuve la oportunidad de trabajar en prestigiosas bodegas, tanto en Argentina como en otros países.

Me gradué en 2012 y viajé al extranjero; estuve en vendimias en España y Francia. Cada región, cada cultura me enseñó algo diferente y abrió mi mente para descubrir nuevos procesos y protocolos, así como la cultura del vino en cada lugar. Por ejemplo, en Francia, se vive como algo propio. Incluso, desde muy jóvenes, los habitantes saben sobre sus terroirs y estilos.

Para quienes nos apasiona esta industria, no hay barreras, hablamos el mismo idioma y se genera una unión entre todos a través del vino.

¿Cómo continuó tu formación?

Volví a Mendoza para terminar de formarme y comencé a trabajar de manera fija. Completé este ciclo con dos importantes experiencias.

En bodega Nieto Senetiner, me desempeñé como segunda enóloga en el equipo de alta gama junto a Santiago Mayorga.

A fines de 2020 me ofrecieron liderar el proyecto Ruca Malén, una grata sorpresa y desafío. Desde entonces trabajo como primera enóloga, conduciendo a un gran equipo con el que elaboramos un amplio portfolio de vinos.

¿En qué proyectos estás trabajando actualmente?

Desde que ingresé a Ruca Malén, nos encontramos con el desafío de volver a la esencia de la bodega a través de vinos puros, vivos y delicados.

Inspirados en la leyenda que da origen a nuestro nombre, durante los últimos dos años, diseñamos un nuevo portfolio de vinos que está empezando a salir al mercado. Su particularidad es que conecta con la historia de la bodega y el camino recorrido en el mundo del vino.

El resultado son 4 líneas de vinos nombrados en capítulos del 1 al 4, que dejan un final abierto que nos permite crear a futuro. Cada uno hace referencia a una parte de la historia de la bodega, que, a su vez, se relaciona con las características y estilos de los productos.

Reflejamos la diversidad, la energía, la fruta y la expresión de cada varietal. Es un portfolio versátil que cuenta con distintas variedades: Malbec, Chardonnay, Sauvignon Blanc, Semillón, Cabernet Franc, Petit Verdot y Pinot Noir.

Junto al rediseño de los vinos, en la bodega también se está trabajando en la remodelación del área de Hospitalidad que reabrirá pronto.

¿Qué es lo que más valora el consumidor de los vinos argentinos?

Sin dudas, la calidad. Es impresionante cómo Argentina ha sabido ganar un lugar en el escenario mundial, no solo a través del Malbec, sino del estilo propio de nuestros vinos y del potencial que tienen las variedades blancas y tintas.

Hoy podemos mostrar que tenemos una gran diversidad de sabores y características que nos ayudan a lograr grandes vinos. El trabajo que venimos haciendo desde la industria nos permite seguir creciendo cada vez más.

¿Cómo ha evolucionado el rol de los enólogos en los últimos años?

Creo que ha ido cambiando. Hoy no solo estamos en bodega, sino que nos relacionamos en cada parte del proceso, desde el viñedo, con los agrónomos, hasta en la comunicación para poder acercar el vino a las personas y crecer en distintos mercados.  

Es clave sacar al vino de un lugar complejo y lejano, así como difundir que el mejor vino es el que más le gusta a cada uno y que lo importante es disfrutarlo. Eso lo logramos compartiendo experiencias y ayudando a desmitificar algunas cosas que lo hacían difícil.

¿Y en cuanto a las mujeres?

Hoy hay mayor visibilización de las mujeres, que siempre han trabajado en la industria, puertas adentro. Ha cambiado la asignación de tareas y, afortunadamente, hay más mujeres liderando proyectos.

Si bien cada vez ganamos mayor protagonismo, todavía somos minoría. Creo que es importante este crecimiento para la industria, aunque todavía quede mucho por hacer.

En el caso de Argentina, destaco la camaradería que existe entre los colegas, algo que impacta en otros lugares del mundo. Trabajamos en equipo y compartimos el propósito de defender la bandera del vino argentino y demostrar lo que somos, para poder seguir creciendo e incrementando nuestro prestigio como productores a nivel mundial.

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