Empresas Y Negocios | 21 ago 2024
Está en Mendoza y es la empresa de malla antigranizo más grande de la Argentina
La empresa abastece más del 75% del mercado, y está entre las cinco mayores productoras del mundo de redes de protección agrícola. Conocé el proyecto por dentro, en nota completa.
Agrinet es la empresa de mallas antigranizo más grande de la Argentina, abasteciendo más del 75% del mercado, y está entre las cinco mayores productoras del mundo de redes de protección agrícola.
Los hermanos Losada, dueños de una planta metalúrgica en Rosario, empezaron a importar mallas antigranizo desde Italia, y viendo el potencial que esto podía tener para el sector empezaron a crecer, y se terminaron por instalar en Mendoza. Luego empezaron a producir aquí, importando desde la península itálica el hilo monofilamento, hasta que decidieron dar un salto en la producción, elaborando el 100% en la provincia, en su planta de 6500 metros cuadrados ubicada sobre la Ruta 7 en Rodeo del Medio, Maipú, donde producen 24/7 en tres turnos ininterrumpidos de 8 horas cada uno.
Los hijos de los Losada tomaron la estafeta de la continuidad y el crecimiento de la empresa líder en mallas antigranizo, y EcoVinos dialogó con Gonzalo Losada, gerente comercial de Agrinet:
-Agrinet es una empresa mendocina dedicada a la fabricación de tejidos de uso agrícola, entre lo más importantes que hacemos está la malla antigranizo, que es lo que se hace fundamentalmente aquí en la provincia de Mendoza.
-¿Cuanto producen y cuánto ocupan del mercado?
-Agrinet tiene una producción anual de aproximadamente 55 millones de metros cuadrados de malla antigranizo, es la empresa más importante a nivel sudamericano, la más grande de Argentina y de todo Sudamérica, con alrededor del 75 al 80% del mercado argentino, y a nivel mundial, estamos entre las cinco empresas más importantes del sector.
-¿Tienen una empresa hermana con financiamiento propio también en Chile?
-Exactamente. Tenemos una empresa que es un poco más chica -aproximadamente la mitad de lo que es Agrinet- en Chile. Se llama Euram, es una plataforma exportadora para nosotros porque no solamente hace el mercado chileno, sino que vamos al resto de Centroamérica, Norteamérica y Europa. En 2014, dimos un paso hacia el mercado internacional con el surgimiento de Euram y el desarrollo de exportaciones desde nuestra planta productiva en Chile. Esta expansión internacional reafirmó nuestra capacidad de competir en mercados globales. Al igual que en nuestros inicios, comenzamos con los procesos de urdimbre y tejeduría. Finalmente, en 2022, realizamos una importante mudanza a nuestra nueva planta productiva en Casablanca, Chile. Esta moderna instalación nos proporciona la infraestructura necesaria para continuar innovando y creciendo en el futuro, siempre enfocados en la calidad y la sustentabilidad.
-Ustedes son de Rosario, luego se vinieron a instalar a Mendoza. ¿Cómo fue ese cambio y el crecimiento?
-Nosotros somos rosarinos y nos mudamos a Mendoza en el año 93. Todo inicia trayendo a un fabricante italiano a principios de los 90, empezamos a comercializar las mallas en el mercado argentino y mendocino en particular porque aquí es donde estaba la mayor necesidad de mallas. En ese momento no había un desarrollo todavía. Y lo que hicimos fue con el INTA, hacer parcelas experimentales para mostrarle a los productores que nunca habían visto el sistema, los beneficios y cómo podrían protegerse del granizo. Eso nos llevó a un crecimiento muy importante durante la década del 90 que finalizó en el año 99 con la instalación de una fábrica, que es la que tenemos actualmente acá en la provincia.
-Por entonces producían menos del 10 por ciento de lo que producen hoy. ¿Cómo fue ese crecimiento y como se fue dando?
-Después de la crisis del 2001, que fue una crisis muy importante para toda la Argentina y para Mendoza también, empezó a verse que el mercado vitivinícola empezaba a ganar competitividad a nivel internacional. Eso en conjunción con un plan estratégico que tenía el sector para reconversión de variedades, y mayor tecnología en las bodegas, se empezó a crecer como un jugador importante en el mundo en el sector vitivinícola. Nosotros fuimos acompañando al sector y creciendo junto a él. Y así fue que desde el año 2004 que nosotros producimos unos 4 millones de metros cuadrados anualmente hasta hoy que crecimos a 55 millones de metros, es más de 10 veces el crecimiento de la producción. Lo que entonces producíamos en todo un año, hoy lo hacemos mensualmente.
-¿Además del tema de los viñedos, ustedes trabajan protegiendo otros frutales y también haciendo bolsas para algunos productos agroindustriales?
-Sí, exactamente. Los frutales también se cubren mucho en Argentina y a nivel mundial también. Por supuesto, el crecimiento más fuerte se dio en las provincias de Río Negro y en Neuquén para pera y manzana, porque allí el problema que tienen no solamente es de granizo, sino que es de asoleado. Es decir, que el sol quema la fruta, la mancha y termina siendo para descarte. Entonces tienen un doble problema en el Alto Valle. Y así se ha empezado a crecer mucho, no solamente con las telas, como vemos en Mendoza, sino con variedades foto selectivas que atacan varios problemas a la vez, para mejorar coloración, productividad y, por supuesto, proteger del granizo.
-Hablando de protección últimamente se ha dado esta dicotomía que frenó el gobierno provincial de dejar de financiar la operación de los aviones de lucha contra el granizo. Ustedes han trabajado paralelamente con sus productos y se utilizaban las dos cosas. ¿Tenés sobre ese tema una opinión formada?
-Sí, seguro. A ver, nosotros iniciamos en el año 90 antes de que existiera la lucha activa con aviones. Todo el crecimiento importante nuestro se hizo con los aviones volando. Nosotros creemos que después del sistema (de la utilización de los vuelos) vamos a seguir creciendo. Realmente no lo hemos vivido como una competencia. Nunca me he encontrado con un productor desde que trabajo en la empresa -hace más de 20 años- que me dijera que prefiere no colocar malla porque está el sistema con aviones. Yo creo que la discusión está saldada para el productor. No hay duda. El productor prefiere la malla antigranizo y lo valida con su compra todos los años como el único sistema realmente eficiente para la protección de los viñedos.
-Hay otro tema, además del granizo y que también se protege de los vientos, que es que con la utilización de las mallas en los viñedos hay un uso más eficiente del riego. ¿Porque hay un tema importante en cuanto al mejor manejo del agua por la humedad que se crea con la malla anti granizo?
-Exactamente. Porque la malla no es solamente una protección para el granizo, que es algo puntual que yo entiendo que es lo que más llama atención o convoca, pero son muchas las ventajas. Y entre ellas, está lo que vos acabas de mencionar, que es el ahorro hídrico que genera. Hay estudios realizados en otros países que hablan de alrededor del 25% y hasta el 30% de ahorro hídrico, que en lugares como Mendoza y con los problemas que estamos teniendo de agua, te diría que termine haciendo a futuro tan clave como la protección por el granizo. Y en ese sentido, nosotros queremos trabajar con el Inta, por ejemplo, para desarrollar esos estudios en Mendoza y validarlos, y que el productor tenga algo más como para justificar la colocación de malla.
-¿Cuál es el costo aproximado por hectárea de la colocación de malla antigranizo y qué vida útil tiene?
-La malla realmente tiene una vida útil muy, muy larga. Estamos hablando alrededor de 20 años en un espaldero. Y te digo que estoy siendo conservador diciendo 20 años, porque tengo casos de muchos productores y bodegas que tienen malla colocada hace más de 20 años y sigue funcionando perfectamente. Y después en relación a los costos, esto es un 'traje a medida', va a variar mucho, pero yo calculo para un espaldero que tiene un costo que va entre 4 mil y 4.500 dólares por hectárea, hay casos que pueden llegar a 5 mil dólares porque usan mallas muy anchas o distancias entre hileras muy angostas, y entonces ahí los costos terminan siendo un poquito mayores. Y en el caso de frutales o parrales, como hay que hacer una estructura aparte, ahí los costos van a estar alrededor de los 15 ó 16 mil dólares por hectárea.
-Además de acá se exporta para el mundo. ¿Contame los principales mercados?
-Sí, aproximadamente el 50% de la producción de la planta que está acá en Argentina va hacia el exterior. Eso, por un lado, demuestra la capacidad competitiva que tiene la empresa y la eficiencia que tiene al momento de producir para que nosotros seamos competitivos para el resto de los mercados, entre los cuales podría mencionar como los principales a Perú, Colombia, México, como un mercado muy importante, Marruecos, y C hile que también lo hacemos con la planta local.