miércoles 22 de enero de 2025 - Edición Nº5406
Advertisement

Tecnología | 22 ene 2025

Comienza un ciclo clave para la hortaliza mendocina que conquista el mundo

08:00 |Ante el inicio de una nueva temporada, la empresa Simbios realizó una serie de recomendaciones para asegurar que el cultivo del ajo tenga un buen desarrollo desde el principio.


El ajo es una de las hortalizas más emblemáticas de Argentina, tanto por su importante rol en la cocina nacional como por su destacado lugar en el mercado internacional.

En este contexto, Mendoza se posiciona como uno de los principales productores de ajo del país, convirtiéndose en  una provincia referente para este cultivo.

La producción de ajo en Mendoza no solo abastece el mercado interno, sino que también se destina principalmente a la exportación. Los destinos más importantes son Brasil, Estados Unidos y Europa, mercados que valoran la calidad del ajo mendocino. Sin embargo, la provincia también enfrenta desafíos: la competencia internacional, principalmente de China, y las fluctuaciones de precios son algunos de los obstáculos que afectan a los productores locales.
            
El cultivo de ajo en Mendoza 

Las principales variedades que se cultivan en la provincia son: ajos morados, ajos blancos y ajos colorados. Las fechas de siembra comienzan en febrero extendiéndose hasta marzo, comenzando con los morados, seguido de los blancos y por último los colorados.

En 2024 hubo un incremento del 4% en la superficie cultivada en la provincia llegando a las 13841 ha, distribuyéndose según las zonas productivas en relación con la superficie total implantada en:  

  • San Carlos, Tunuyán y Tupungato  56% (7770 ha)
  • Maipú, Guaymallén y Luján  15% (2071 ha)
  • Zona Este 13% (1801 ha), Zona Norte 9% (1229 ha) y Zona Sur 7% (971 ha) 

En una provincia donde el clima árido y la escasez de agua son desafíos constantes, el cultivo de ajo ha encontrado formas de adaptarse a estas condiciones, implementando prácticas que favorecen tanto al medio ambiente como a la productividad agrícola.

Una de las principales preocupaciones de los productores es el manejo del agua, ya que Mendoza enfrenta limitaciones en cuanto al acceso a este recurso. Sin embargo, el uso de tecnologías de riego por goteo ha permitido un manejo más eficiente del agua, reduciendo el desperdicio y favoreciendo el mejor establecimiento del cultivo.

Estas tecnologías permiten que el agua llegue directamente a las raíces de las plantas, optimizando el consumo y facilitando también la nutrición a través del “fertiriego”, mejorando la calidad de las cosechas.

Otro aspecto fundamental para lograr un cultivo sustentable es el manejo del suelo. El uso de enmiendas que contengan materia orgánica en su composición, ayudan a mejorar la estructura del suelo, la capacidad de retención de humedad y nutrición.

Simbios, comprometidos con el cultivo desde el inicio

Las camas de siembra son esenciales para asegurar que el cultivo tenga un buen desarrollo desde el principio. Un armado adecuado de éstas no solo facilita una siembra uniforme, sino que también mejora la aireación del suelo y el drenaje, dos factores cruciales para que las raíces se desarrollen adecuadamente, permitiendo el buen establecimiento de la planta, y evitando la aparición de posibles enfermedades radiculares. 

En este contexto, la incorporación de materia orgánica pelletizada como  BLOCOMPOST,  juega un papel crucial. Esta enmienda es obtenida a partir de un proceso de compostaje controlado de guano de gallina ponedora, resultando un producto de excelente calidad, homogeneidad y granulometría, facilitando su aplicación.

A diferencia del guano de gallina fresco, los pellets se descomponen lentamente, liberando nutrientes de manera gradual, lo que favorece el crecimiento del ajo a lo largo de su ciclo. La incorporación de este tipo de material en el inicio del cultivo mejora la estructura del suelo, aumentando la retención de humedad sin comprometer el drenaje, y fomenta la actividad microbiológica del suelo, lo que contribuye a la salud de las raíces y del cultivo en general.

El manejo adecuado desde el armado de las camas de siembra hasta la cosecha tiene beneficios directos en el rendimiento y la calidad de la producción. Un enfoque integral y bien planificado desde la fase inicial del cultivo de ajo se traduce en calibres mayores y más uniformes, factores que aumentan el valor en el mercado, beneficiando a los productores.

OPINÁ, DEJÁ TU COMENTARIO:
Más Noticias

Suscripción Newsletter

* indicates required