miércoles 07 de mayo de 2025 - Edición Nº5511
Advertisement

Empresas Y Negocios | 7 may 2025

Orgullo mendocino: María Laura Ortiz Chiavetta ingresa a la élite vinícola francesa y potencia la conexión entre Argentina y Burdeos

08:00 |La “Commanderie du Bontemps” es una de las hermandades más antiguas de Francia, para integrarla es necesario contar con el patrocinio de uno o más miembros y con el apoyo del Gran Consejo del Vino de Burdeos.


El 17 de abril, en una velada memorable en Château Pontet-Canet, la mendocina María Laura Ortiz Chiavetta fue oficialmente incorporada como miembro de la Commanderie du Bontemps, una de las cofradías vinícolas más prestigiosas del mundo. Coincidiendo con el Día Mundial del Malbec y a las puertas del aniversario de la histórica clasificación de 1855, la ceremonia rindió homenaje a la tradición, la excelencia y la confraternidad que caracterizan al universo del vino.

María Laura Ortiz Chiavetta -fundadora de Winifera y creadora de Winelux, el newsletter que conecta vino, lujo y estrategia- celebró su incorporación como “un momento de enorme significado personal y profesional, que une mi historia con esta región que tanto me ha dado”.

Con su ingreso, Argentina refuerza su presencia en los círculos más distinguidos del vino francés, sumando voces que tienden puentes entre culturas, mercados y estilos de vida, con una mirada contemporánea y global.

El evento se desarrolló en un ambiente impregnado de historia y elegancia. Los 25 nuevos miembros desfilaron por una antigua sala de piletas de cemento antes de ser vitoreados por dos filas de commandiers que los recibieron entre aplausos.

En el caso de Ortiz Chiavetta, su madrina fue Véronique Bonnie, de Château Malartic-Lagravière, quien le colocó el pin distintivo tras presentarla en sociedad.

La argentina -residente en Madrid y referente internacional en posicionamiento de vinos de alta gama- juró junto al resto de los nuevos miembros, tras haber catado y descrito un vino de la región, como símbolo de respeto y conocimiento del terroir bordelés.

La noche continuó con una cena de gala firmada por el chef Stéphane Carrade, donde el refinamiento culinario dialogó con grandes añadas de vinos icónicos. El menú fue una sinfonía de sabores:

  • Homard bleu grillé, petits pois à la française, acompañado de un Château d'Yquem 2015, que aportó su dulzura vibrante y su complejidad aromática al dulzor natural del marisco y la frescura de los guisantes. Un inicio suntuoso, brillante en armonía y textura.
  • Bouillon chabrot, un guiño a la tradición local, donde el vino se incorpora al caldo, homenajeando la rusticidad elevada a arte.
  • El plato principal, canon d’agneau en salsa navarin, morillas rellenas y zanahorias glaseadas, fue maridado con un dúo bordelés exquisito: Château Poujeaux 2015 y Château Palmer 2011. Carnes tiernas, trufas silvestres y una salsa envolvente encontraron su eco en la textura aterciopelada, la madurez precisa y la profundidad aromática de los tintos servidos.
  • A continuación, el comté et truffes à la cuillère, una interpretación lujosa del queso servido como postre salado, armonizó con un monumental Château Haut-Brion 2005, cuya estructura y mineralidad elevaron la intensidad del plato.
  • Finalmente, el postre: una crème glacée truffée con crumble de cacao, coronada con una hoja de oro y chocolate amargo, acompañada de un sutil Château Pontet-Canet 2010. El contraste entre lo fresco, lo crujiente, lo dulce y lo especiado cerró la velada con una nota inolvidable.

El cóctel previo incluyó una selección de blancos de los principales châteaux de la región, desde Smith Haut Lafitte y Pape Clément hasta Domaine de Chevalier, y un Château Nairac 2015 como dulce broche.

OPINÁ, DEJÁ TU COMENTARIO:
Más Noticias

Suscripción Newsletter

* indicates required