Sombrero de Huentala Wines, el vino mendocino que aparece en el nuevo hitazo de Netflix

La reconocida serie “El Eternauta”, basada en la icónica historieta argentina de Héctor Germán Oesterheld y Francisco Solano López, no solo ha captado la atención por su trama postapocalíptica y su ambientación local, sino también por los guiños a productos nacionales. En el episodio 5, titulado “Paisaje”, una marca mendocina se cuela sutilmente en escena: Sombrero, uno de los vinos emblema de Huentala Wines.

Durante una secuencia en la que el personaje de Lucas (interpretado por Marcelo Subiotto) explora el depósito de un supermercado, el foco no solo está en la búsqueda de una botella de whisky: detrás, se aprecian varias botellas del vino producido en la provincia de Mendoza, un detalle que no pasó desapercibido para los seguidores más atentos.

La inclusión de Huentala Wines en una producción de alcance internacional representa, para muchos, un reconocimiento al creciente protagonismo del vino argentino en escenarios culturales globales.

Consultado por este hito, el gerente de Marketing del Grupo Huentala, Francisco Grandoli expresó: “Nos llena de orgullo que Sombrero haya sido elegido para formar parte de una serie con tanto peso simbólico para nuestro país. Es una señal de que los vinos argentinos, y en particular los mendocinos, siguen ganando presencia en el mundo desde su autenticidad y calidad”.

Grupo Huentala es una empresa familiar, 100% mendocina, comprometida en crear experiencias únicas e inolvidables para sus clientes. Inspirada en la visión de su fundador, Julio Camsen, se posiciona en el sector financiero y fintech a través de Chimpay y Ohana; vitivinícola y gastronómico con Huentala Wines, Rastro By Huentala Wines y La Cabrera; y en la industria de la hospitalidad y del entretenimiento con los hoteles Sheraton Mendoza Hotel & Cosmo Casino, Huentala Hotel y Hualta Winery Hotel Mendoza Curio Collection by Hilton.

Los tres hoteles se ubican en el KM cero de la Ciudad de Mendoza y están conectados entre sí, convirtiéndose en un distrito de arte, vino y gastronomía, y en el polo hotelero más importante del interior del país con 350 habitaciones.