Desde hace unos meses, la fachada de la antigua casona mendocina que se encuentra en Perú 776, a metros de la plaza Italia, llama la atención por sus colores vibrantes y su ventana anunciando el menú del día. Es que allí, desde el 14 de marzo, funciona Cariñito, una fonda andina creada por Celeste González Secchi y Pablo Zambrano.
Esta pareja de emprendedores mendocinos, que ya ha incursionado en la gastronomía local con una franquicia de una cervecería, sigue apostando por el rubro con diferentes proyectos.
En este caso, el concepto busca volver a las raíces latinoamericanas y ofrecer una fusión regional. El diseño del restó, que tiene capacidad para 55 personas en su interior, estuvo a cargo del estudio Ailoviu y la inversión total para su puesta a punto rondó los 75.000 dólares. Hoy, el equipo de trabajo está conformado por los propios dueños y 10 personas más.
Una verdadera fonda andina
Cariñito está orientado al público mendocino que busca una buena relación precio-calidad. Abre de martes a sábados de 12 a 16 h y de 19 a 00 h y los domingos de 12 a 16 h.
Su carta cuenta con entradas para compartir, estilo tapeo, y opciones principales que se renuevan en cada estación. El propósito es aprovechar los productos locales en su mejor momento y, al mismo tiempo, cuidar los costos.
“Los platos son abundantes; la idea es comer rico, relajarse y disfrutar de la mesa y la sobremesa sin prisa”, aseguran Celeste y Pablo. En la temporada de verano, la estrella fue una humita acompañada por una tira de asado banderita, una combinación que viene de una tradición familiar y gustó mucho. El menú de invierno tiene platos más calóricos, entre los que se destacan carne a la olla con puré, capelettis de trucha, pastel de papa y sopa de maní (una alternativa vegana). “Nos enfocamos en la calidad y cuidado del producto y siempre sumamos un ‘cariñito’ extra para sorprender a nuestros comensales”.
En cuanto a la recepción de esta nueva propuesta señalan: “La gente se va encantada ya que ofrecemos una experiencia en donde cuidamos cada detalle: la atención, la decoración, la música; realmente dan ganas de quedarse. Los mendocinos somos hospitalarios por naturaleza y Cariñito es un fiel reflejo de esta característica.
Nuestro propósito es posicionarnos localmente, brindar una opción de alta calidad, en un ambiente agradable y con precios amigables. Si bien el contexto es desafiante en cuanto a los altibajos de la economía y la caída del consumo, día a día nos animan las devoluciones de nuestros comensales para seguir adelante”.