Después de una semana marcada por la volatilidad, el mercado argentino vivió una de las correcciones más fuertes del año. Acciones y bonos retrocedieron con fuerza tras el resultado electoral en la provincia de Buenos Aires, un escenario que sorprendió a analistas e inversores.
El triunfo contundente de Fuerza Patria y la baja participación dejaron en evidencia tensiones políticas y reacomodamientos internos que golpearon los activos locales. El Merval retrocedió a niveles del primer cuatrimestre del 2024 y los bonos mostraron caídas de hasta 18%. A pesar de ello, el dólar se movió apenas 3-4% el lunes, un dato positivo en un contexto tan sensible.
El alivio llegó a mitad de semana con la publicación del dato de inflación: 1,9% en julio y 1,5% de núcleo, consolidando la desaceleración de precios. Esto permitió al Tesoro convalidar tasas más bajas en su licitación, algo que no se veía hace meses, y mejoró el ánimo en el mercado secundario.
La tasa de caución bajó con fuerza, abriendo oportunidades de financiamiento más barato. En paralelo, la deuda CER se mostró muy demandada, especialmente en los tramos 2027-2028, mientras que los bonos dólar link siguen sin atraer interés.
Sin embargo, el riesgo país se mantiene en torno a los 1.100 puntos, una señal de cautela: Argentina sigue sin poder acceder a financiamiento fresco en los mercados internacionales. La atención está puesta en la capacidad del gobierno para sostener el roleo de deuda y administrar los vencimientos de los próximos meses.
Otro punto clave es el dólar. El fuerte atesoramiento de más de USD 5.000 millones en los últimos meses no es sostenible.
El mercado descuenta que podría producirse un overshooting posterior a las elecciones, seguido de una baja en la demanda de dólares y mayor ingreso de capitales financieros, siempre y cuando el frente político logre ordenar expectativas.
Mirada de cartera
La estrategia, en este punto, puede pensarse a un año y medio vista, aunque todo dependerá de cómo evolucione el escenario electoral de octubre.
Para inversores conservadores y empresas con necesidades de previsibilidad, la rotación hacia instrumentos más seguros en pesos, como el CER 2027, aparece como una alternativa razonable en el corto plazo.