

Los orígenes de Balmest se remontan al año 2015. El mendocino Emilio Aguiló estaba viviendo en Barcelona y comenzó a incursionar en el negocio Fix & Flip, que consiste en adquirir propiedades, repararlas o remodelarlas para luego alquilarlas o venderlas.
Armó una empresa con un equipo de trabajo (todavía no operaba con el nombre Balmest) y comenzó a ofrecer otros servicios que demandaba el sector inmobiliario. En 2018 decidió regresar a Mendoza, se dedicó un tiempo al asesoramiento de gobiernos en el desarrollo del ecosistema emprendedor y de innovación y en 2022 fundó Balmest.
Hoy, la empresa cuenta con 4 unidades de negocios: desarrollos inmobiliarios disruptivos o de nicho, inversiones en Estados Unidos y España, construcción para inversores y management.
“Buscamos productos inmobiliarios que sean innovadores, tanto para el ocupante, como para el inversor. Actualmente, estamos desarrollando un proyecto de coliving. Este modelo consiste en vivir en comunidad, con personas de rangos etarios o intereses similares.
Construiremos un espacio con 100 unidades, destinado a usuarios de Mendoza o de otros lugares, que estudien o trabajen y deseen vivir solos o acompañados. La ventaja será la facilidad para entrar o salir, sin burocracias, sin garantes, ni comisiones inmobiliarias.
Estamos en la etapa de definición de la zona, desarrollo del concepto y registro de marca, para lo que estamos trabajando con inteligencia artificial. A través de esta herramienta obtenemos data sobre segmentación, usos, costumbres y modulación de los espacios. Incluso, estamos evaluando la posibilidad de entregar un NFT de cada unidad (representación digital de un activo basado en la tecnología blockcahin que lo hace único)”, destaca Emilio Aguiló.
En cuanto a las inversiones inmobiliarias en el exterior, nos cuenta: “Los interesados entran al negocio con un ticket fijo, por ejemplo, de 25.000 dólares. Reunimos el capital, nos encargamos de buscar oportunidades (para eso, junto con un socio viajamos constantemente a España y Estados Unidos), adquirimos los inmuebles y los reformamos de manera ágil. Luego los vendemos o los alquilamos y repartimos las ganancias entre quienes ingresaron al negocio.
Desde la unidad de construcción para inversores, Balmest trabaja con ingenieros, arquitectos y paisajistas. “Desarrollamos proyectos de inversión para empresas de pequeña y mediana escala. En este momento estamos llevando adelante obras para compañías del carril Rodríguez Peña y para barrios privados en Chacras y en la calle Boedo.
Este año también lanzamos la unidad de management, mediante la cual administramos propiedades de alquiler temporario para terceros. Nos hacemos cargo de toda la gestión que implica: publicación en las plataformas, reservas, limpieza, etc.”, indica.
Abrirse a nuevas inversiones
Al consultarle a Emilio Aguiló sobre el desempeño de Balmest desde su creación, señala: “Hemos experimentado un crecimiento exponencial, sobre todo en volumen de clientes e interesados en invertir.
En un mercado tan tradicional como el de Mendoza, encontramos a personas con ahorros y empresas con ciertos excedentes, dispuestas a abrirse a productos innovadores, que les permitan diversificar sus inversiones.
Frente al escenario inflacionario e inestable del país, estas inversiones resultan interesantes.
Mendoza está posicionada como un polo turístico, gastronómico y de innovación; cada vez más personas eligen vivir aquí o invertir. Para potenciar el mercado deben estar dadas ciertas condiciones: seguridad jurídica, reglas claras, estabilidad económica y un plan a largo plazo que ningún gobernante pueda modificar.
Creo, además, que debemos crecer en explotar la oferta de inversión para turistas que nos visitan; tenemos una gran oportunidad allí”, finaliza.