sábado 27 de julio de 2024 - Edición Nº5227
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Emprendedores | 19 may 2023

De Mendoza a Estados Unidos: Germán Limina, el joven experto en finanzas, que trabaja para Harley Davidson

Luego de concretar su formación académica y de trabajar en el sector público y privado, el profesional de 33 años decidió buscar nuevos rumbos. Hoy se desempeña como analista de crédito en la mítica compañía de motos y nos cuenta su experiencia.


Germán Limina nació en Mendoza, es licenciado en Administración, egresado de la UTN; cuenta con un Diplomado en Estrategia Financiera de la UNCuyo y está a punto de presentar su tesis para recibirse de Magíster en Finanzas en la Universidad de San Andrés.

Hace un año, Germán decidió irse a vivir a Estados Unidos junto a su esposa (quien realiza una maestría en Literatura Española en la Universidad de Reno, Nevada) y, luego de un intenso proceso de selección, ingresó a Harley Davidson.

Sobre esta aventura personal y profesional conversamos con él.

¿Cómo comenzó tu carrera y a dónde está enfocada hoy?

Empecé a trabajar a los 18 años y a estudiar a los 20 porque no había decidido qué carrera seguir. Hice toda mi formación académica trabajando a la par, costó mucho, pero pude lograrlo.

Me desempeñé en lo privado, en lo público y también tuve emprendimientos y pequeñas empresas. En cada lugar pude conocer a grandes personas que se convirtieron en amigos.

Hoy vivo en Estados Unidos y estoy enfocado en crecer en la empresa en la que estoy trabajando: Harley Davidson, disfrutando y aprendiendo de todo lo que me ofrece este lugar.

¿Cómo entraste a la compañía?

Fue toda una aventura buscar trabajo en este país con una cultura muy distinta a la nuestra, otro idioma y diferentes dinámicas sociales y empresariales.

En primer lugar, tuve que gestionar todos mis papeles y aprender a manejar la ansiedad. Fueron casi 4 meses de espera en los que aproveché para escribir mi tesis de maestría.

Con todo en regla me lancé a buscar trabajo. Es verdaderamente impresionante la cantidad de alternativas laborales en este país: trabajos de medio tiempo, tiempo completo, por contrato, por hora, etc. En un mes tuve al menos 50 respuestas de empresas, algunas me llamaron, con otras hicimos Zoom, me entrevistaron presencialmente… Por momentos me perdía con la cantidad de trabajo y respuestas.

Me ayudaron mucho mi CV y mi formación académica. Empecé como asistente en una aerolínea, un trabajo que no estaba relacionado a mis estudios. A los pocos meses me contactaron de Harley Davidson y luego de un proceso de entrevistas y evaluaciones de conocimiento me contrataron.

Mi puesto es de analista de crédito en el área de financiamiento a clientes. Estuve 2 meses con entrenamiento diario de 9 horas con un grupo de 20 personas de las que solamente quedamos seleccionados la mitad.

¿En qué proyectos estás trabajando?

Estoy diseñando indicadores de gestión del área en la que trabajo. Somos un equipo de 40 personas. 

Algo que me sorprende de aquí es que los puestos son muy específicos. Te contratan para hacer dos o tres funciones. Es mucho más estructurado que en Argentina, donde hacemos un poco de todo, independientemente del puesto y la formación.

En mis tiempos libres continúo con algunos proyectos empresariales de Argentina: uno vinculado a gestión de inversiones, otro al desarrollo de software y, ocasionalmente, doy clases a universitarios.

¿Cuáles son los principales desafíos que enfrentás en el día a día?

Sin lugar a dudas, el idioma es uno de ellos. Si bien lo manejo, el hecho de no que no sea mi idioma nativo es como ir en una velocidad menos. Luego de un tiempo me empecé a acostumbrar; también hay que tomárselo con soda, no castigarse demasiado y reírse un poco.

Otro gran desafío, por lo menos al principio, fue la adquisición de nuevas habilidades para dominar sistemas de información, software de gestión, dispositivos tecnológicos, etc. Es increíble y muy notable la enorme cantidad de recursos tecnológicos que existen para facilitar la labor diaria.

El shock cultural también se presenta en el trabajo. Aquí no hay relación más allá de lo estrictamente laboral; vas a trabajar y te volvés a tu casa, no existe eso de irse a tomar una cerveza a la salida o comerse un asado el fin de semana con tus compañeros.

Algo muy valioso de Estados Unidos es el momento de selección y contratación. Los contratos laborales son muy claros desde el principio. Sabés qué tenés que hacer, cuánto vas a trabajar, cuánto y cuándo vas a cobrar, si hay oportunidades de crecimiento y también, que en caso de prescindir de tus servicios, lo harán libremente.

¿Cuál es tu visión de Argentina en general y de Mendoza en particular?

Argentina es el país más lindo del mundo, pero, lamentablemente, vive en una crisis estructural interminable. Duele mucho verlo así. Cuando uno se viene al exterior se da cuenta lo difícil que es la diaria, los aumentos de precios, la fiebre del dólar, la inseguridad, las malas noticias y el fanatismo político.

Argentina tiene que desarrollar un plan estratégico en donde, por lo menos, nos pongamos de acuerdo en 4 o 5 cosas: estabilidad económica, condena a la corrupción, apertura de la economía y el pensamiento y alternancia política sin dinamitar todo cada 4 años. Si no logramos esa madurez por encima de la ideología política, la cosa será cada día peor. Esa madurez requiere autocrítica, reconocimiento, negociación y cambios estructurales.

Hace 20 o 30 años se iban de Argentina las personas a las que nos les quedaba otra; hoy se va gente muy formada y preparada. Se está perdiendo el capital humano que es lo más valioso de nuestro país. Muchos emprendedores y empresarios prefieren radicar sus empresas afuera.

Mendoza está inmersa en la realidad de Argentina. Hasta que la macroeconomía del país no sea saludable, la presión impositiva razonable y las regulaciones laborales flexibles, será muy difícil crear y desarrollar empresas de calidad que generen buenos puestos de trabajo.

Es imposible obtener financiamiento. Es extremadamente complejo importar y/o exportar con todos los controles de cambio que existen. Otra arista importante es que mucho capital humano prefiere trabajar para empresas del exterior de forma remota porque ofrecen mejores salarios en dólares.

Estas trabas quitan energía vital a los empresarios y emprendedores. La energía del sector privado debe estar orientada a generar negocios y empleo.

A pesar de lo anterior, Mendoza tiene un gran ecosistema emprendedor que se desarrolla constantemente. Veo muchos nuevos emprendimientos y empresas de software, fintech, soluciones de diverso tipo, etc.

Para la provincia es necesario volver a pensar en proyectos económicos más estructurales como la explotación de la minería y la extracción de combustibles, la potencialidad económica de estas industrias es magnífica. Hay que generar mucho empleo, oportunidades y crecimiento.

¿Cuáles son tus expectativas a mediano plazo?

Por el momento, seguir disfrutando de la experiencia de vivir afuera, ir viendo lo que va surgiendo y trabajar en mis emprendimientos. Estar en el exterior no te permite hacer grandes planes, se vive mucho el día a día.

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