Empresas Y Negocios | 11 mar 2024
4 empresarios mendocinos se unen en un nuevo proyecto olivícola y turístico en Lunlunta
José Luis Saldaña, Juan Manuel Saldaña, Alejandro Vigil y Gabriel Guardia son los socios del emprendimiento. Contempla una fábrica de aceite de oliva, aceto balsámico y destilados, cava de refinado de quesos, charcutería, restaurante, salón de eventos y alojamiento.
El predio de la ex Bodega Tapaus se ubica en Lunlunta, Maipú (en la intersección de calle Maza y Franklin Villanueva). Cuenta con 2 hectáreas en total, con casi 2000 m2 cubiertos y, en palabras de José Luis Saldaña (propietario y uno de los socios del nuevo emprendimiento que allí se desarrolla) “es un lugar magnífico para llevar adelante un proyecto olivícola y turístico”.
Hoy, de la mano de José Luis Saldaña, Juan Manuel Saldaña, Alejandro Vigil y Gabriel Guardia, ya está montada una fábrica de aceite de oliva. Luego se sumará la producción de aceto balsámico, destilados (whisky, jerez y oporto, entre otros), cava de refinado de quesos, charcutería, restaurante, salón de eventos y opciones de alojamiento.
“Siempre he creído en las sociedades y en las sinergias a la hora de generar negocios. Así como hemos impulsado la creación de ARGA como nuevo polo para el sector de la construcción, junto a mi hermano Juan Manuel, hace tiempo teníamos la idea de darle forma a un polo turístico y gastronómico en Mendoza y veníamos trabajando en un plan de negocios para concretarlo”, comenta José Luis Saldaña. El empresario también es distribuidor oficial de Acindar en la región y responsable de ARGA, el primer mercado de obra de Mendoza, un espacio comercial que concentra todos los rubros vinculados a la construcción.
“Adquirimos el inmueble de la ex Bodega Tapaus, en Lunlunta, y en 2017 me contacté con Alejandro Vigil, ya que él tenía en mente montar una fábrica de aceite de oliva. En ese momento conversamos, pero todo quedó en stand by ya que cada uno estaba con diferentes
emprendimientos propios.
Al tiempo supe que Gabriel Guardia (ex gerente de Laur) se había sumado a la idea de Alejandro; fue ahí cuando los llamé y les propuse asociarnos para concretarla. Las charlas previas y la afinidad que hubo entre todos, hicieron que decidiéramos encarar juntos un nuevo
proyecto”, añade.
Inversiones y proyecciones
Si bien la propiedad estaba en óptimas condiciones, la puesta a punto para empezar a producir requirió trabajos de albañilería, metalúrgica, montaje y electricidad, así como la instalación de máquinas (entre ellas, una Alfa Laval que procesa 1.500 kilos de aceitunas por hora) y tanques de acero inoxidable. La capacidad de almacenamientos es de unos 150.000 kilos aproximadamente.
“Hemos comenzado con el desarrollo industrial del proyecto. La inversión para la parte de aceite de oliva rondó el millón y medio de dólares; la del aceto balsámico, 200.000 dólares y la de whisky, 1 millón de dólares más. Esta temporada haremos la primera producción de aceite de oliva y luego, esperamos avanzar con las demás unidades del negocio”, destaca Gabriel Guardia.
En cuanto a las expectativas, los empresarios señalan: “Las proyecciones son muy positivas, tanto para el mercado local, como para el mercado internacional.
Con la primera etapa del proyecto esperamos ofrecer un producto de altísima calidad, 100 % saludable y superar las expectativas de los consumidores. También nos entusiasma comenzar el desarrollo de la parte de gastronomía y alojamiento que completarán este gran
emprendimiento”.