Reconexión nació en el año 2020, por un programa internacional de Mayma (comunidad latinoamericana que forma, conecta y visibiliza a emprendedores de la región).

“Fuimos seleccionados para incubar el proyecto en plena pandemia, un momento en el que todos redireccionamos nuestras vidas y comenzamos a preocuparnos por el sentido o el propósito”, cuenta Lucas Carballo, socio fundador.

“Luego de 8 meses de incubación lanzamos Reconexión, una consultora con una mirada de triple impacto (social, ambiental y económico). Desde entonces, junto a Mariana Alonso, un equipo de jóvenes profesionales y coachs asociados, trabajamos con diferentes empresas según cada necesidad.

A diferencia de una consultora tradicional, buscamos armonizar los ‘3 P’ de las organizaciones: planes, personas y procesos mediante la tecnología social, que integra aspectos colaborativos, metodologías agiles y formaciones. De esta manera, es posible mejorar la productividad, reducir la rotación, ahorrar recursos y potenciar la creatividad de los equipos.

Uno de los programas que llevamos adelante es ‘Germinar’, que impulsa el autodesarrollo de las personas para que puedan contribuir a mejorar la calidad de vida en los entornos donde interactúan”, destaca.

¿Qué necesitan las empresas hoy?

Al consultarle a Lucas Carballo por las demandas actuales de las empresas, señala: “Principalmente, deben ubicarse en el escenario postpandemia y en el nuevo contexto de crisis que estamos viviendo. Por eso, ayudamos a redireccionarlas a través de su sentido. Aquí cobra importancia la figura del fundador y la reconexión con sus sueños y anhelos, lo que, luego permite trabajar con los equipos y hacer planes a futuro.

Incorporamos, además, la visión espiritual al negocio. En el 59º Coloquio IDEA, llevado a cabo en el año 2023, apareció este concepto, que pone en valor aspectos más profundos a la hora de emprender y gestionar.

Trabajamos con todo tipo de empresas que se encuentren en procesos de cambios. Analizamos la transferencia generacional (sobre todo en las familiares) para que puedan dar un salto a la innovación, manteniendo su identidad. Algo para destacar es que, al contrario de lo que se cree, los principales conflictos no son siempre financieros, sino de relaciones y emociones”.

En cuanto a las expectativas para este año, comparte: “Hemos duplicado la cantidad de clientes con respecto al año pasado y notamos una fuerte demanda en consultoría y coaching. Además, estamos trabajando con proyectos en Chile, Uruguay y España a través de la red Economía Humana.

Buscamos el bienestar organizacional y creemos en la transformación humana y cultural”.