

Federico Bandini es un empresario nacido en Mendoza pero que de muy pequeño se radicó con su familia en Houston, Texas, donde tiene una empresa de ingeniería en servicios petroleros, y decidió realizar una importante inversión para crear Finca Bandini.
El proyecto comenzó hace una década cuando compró una finca de más de 70 hectáreas en Las Compuertas, Luján de Cuyo, que fueron reconvirtiendo, y construyeron una bodega -que ya está operativa- inversión que ya lleva ejecutados 15 millones de dólares, y aún restan por invertir 3 millones de dólares más para que esté al 100%, agregando 800 mil litros de capacidad vinaria a los 300 mil que funcionan actualmente. Se viene una propuesta gastronómica allí cuya apertura está prevista cuando finalice el invierno.
EcoVinos/Ecocuyo entrevistó a Federico Bandini.
-¿Contáme hoy cómo está este proyecto de Finca Bandini?
-Aquí las cuatro unidades de negocios están funcionando muy bien. Todavía tenemos un proyecto más adelante de completar la bodega, es decir la parte turística de recepción, cava y un departamentito que me estoy haciendo. Estamos 90% con respecto a lo que era el proyecto inicial.
-¿Hablame de esas cuatro unidades de negocios?
-Cuatro unidades de negocios, es como tenemos el emblema, que es como la cruz romana. Siempre decimos, para sacar un buen vino necesitas clima, que no podemos controlar; terroir, que no controlamos pero compramos. Necesitas también, la primera unidad de negocio: agricultura. Agronomía tiene que ser de primera y eso lo tenemos. Segundo, tenemos vinificación. Y ahí tenemos la bodega con todos los chiches habidos y por haber para los enólogos para que saquen vinos de altísima gama. La tercera unidad de negocio es turismo, donde tenemos muchísimos visitantes acá porque la finca tiene mucha historia, y aparte es un lugar hermoso. Y la cuarta es la comercialización de nuestros vinos en el mercado, tanto nacional como internacional.
-Vos naciste acá, te fuiste de muy chico a Estados Unidos, trabajaste como ingeniero en el área del petróleo, y volviste a invertir a Mendoza. ¿Contáme desde que decidiste invertir acá hasta el presente, cómo estamos?
-Yo empecé a invertir en Mendoza en los años 1980 porque tenía un tío que tenía inmobiliaria. Y poco a poco fue creciendo mi interés en invertir en Argentina. En 2006 abrí incluso una oficina de ingeniería en Rosario que requirió una importante inversión. En 2014 compré esta finca y yo fui viendo ahí el vaivén de lo que es la economía de Argentina, pero uno se puede manejar dentro de esas situaciones, digamos "especiales". Y dentro de todo estoy contento donde estamos en este momento en la inversión. Creo que como cualquier proyecto se necesita tiempo, y yo no soy cortoplacista, soy largoplacista. Sé que en esta inversión vamos a ver los frutos de aquí en muchos años, 20 años, quizás 15 años. Pero esto lo dejé como proyecto de legado para mis hijos. Yo creo en dejar una heredad a hijos de proyecto, no de plata.
-¿Y de todos tus hijos, una de ellas ya se está involucrando en el mundo del vino. Contáme de eso ya que hablamos de legado?
-Buenísimo, sí. Tengo mi hija mayor que se llama Amanda. Está muy, muy entusiasmada, involucrada en lo que es el mundo del vino. Le encanta lo que es bodega, viñas, viñedos, salir y conocer gente, participar en almuerzos, degustación. Ella y su esposo también. Entonces es la que más involucrada está en lo que es el mundo del vino. Incluso estuvo acá recientemente, estuvo tres semanas entendiendo un poco más de lo que es el proceso de vinificación, lo que es el campo, etcétera. Así que estoy muy contento porque es parte del comienzo de dejar esto a otra generación.
-¿Cuántas hectáreas hay acá, cuántas plantadas de viñedos. Y hablame de esta bodega que ya está funcionando?
-El terreno acá tenemos aproximadamente 77 hectáreas, de las cuales hay plantadas más o menos 62, 63 hectáreas. Tenemos viñedos que son bastante antiguos, como también otros relativamente nuevos de entre 8 a 10 años. Y en la bodega, tenemos capacidad en este momento para hacer unos 300 mil litros. Pero con capacidad final de un millón de litros.
-Justamente, lo que vimos en la bodega es que hay mucha inversión en cuanto a tecnología, a tanques de acero, diferentes estilos de barricas, incluso que han formado a un tonelero. ¿Contame de eso?
-Sí, la bodega está compuesta con todo lo que es necesario para los enólogos, para hacer los vinos de alta gama, de distinción. Tenemos tanques de acero, tenemos clayber que son vasijas de cerámica. Tenemos también una ánfora que la usamos también para situaciones especiales. Tenemos huevos de concreto, barricas de 7 distintas tonelerías, tenemos fudre. Todo esto son elementos que contribuyen para que el enólogo pueda definir bien el estilo, la clase de cómo va a ser un vino de alta gama, que es lo que queremos hacer aquí en Finca Bandini: Vinos de alta gama.
-Y hoy me hablás de 300.000 litros y que tenés un equipo joven en enología como en viñedos. Un asesor como Marcelo Pelliliti. Otro como Marcelo Canatella. ¿Hablame de tu equipo?
-Mi equipo, primero que son personas fantásticas, que tienen valores muy acercados a lo que yo quiero en una empresa. Son personas con mucho empuje. Son un equipo joven, pero con algo de experiencia que cuando los a compañás con personas como Marcelo Peleritti en enología, Marcelo Canatella, agronomía. Tengo también a Alfredo Matilla que me ayuda con comercialización y también turismo. Son personas que ese conocimiento de años aporta y acompaña a personas más jóvenes. Entonces para tener un proyecto de legado tenés que tener un futuro y el futuro está en esa generación.
-¿Contame acerca de esa generación que está en el día a día trabajando acá en la bodega y en los viñedos?
-En la bodega el enólogo es Alberto Moreno y en lo agronómico, es Rodrigo Guisasola quien lleva adelante el manejo del viñedo. Ellos son los que están en el día a día, estos chicos son muy responsables, entregados completamente, tienen puesta la camiseta de Bandini. Me comunico con ellos con frecuencia.
Tenemos reuniones semanales. Si tienen algo urgente saben que estoy al toque del WhatsApp. Y estamos en contacto continuo porque nosotros tenemos un concepto de empresa que es horizontal, donde las personas pueden expresarse, pueden contar sus opiniones. Todo es bienvenido y de esa forma tenemos un conjunto de personas que pueden contribuir al éxito y realmente quiero que se sientan como dueños de este lugar. Allá (en Estados Unidos) se llama ownership. Cuando una persona está comprometida a ese nivel, tiene esa camiseta puesta, yo creo que hay un gran futuro para la empresa y también para la gente que está trabajando aquí. Y realmente agradezco mucho a mi equipo, porque allá en Houston que es una empresa de ingeniería, también es una empresa horizontal. El recurso más importante que tengo es el recurso humano y eso es lo que enfatizo.
-Y en ese sentido diste un giro, un golpe de timón en relación a lo que fue el inicio de Finca Bandini al cambiar la dirección de la empresa. ¿Viraste a lo que es actualmente para contener esa mayor transversalidad?
-Sí, porque el negocio cambió también. Del año 2015 al 2021 fue un negocio de inversión. O sea, sacamos olivo, plantamos viñedos, hicimos represa, pozo de agua, riego por goteo, tela antigranizo, hicimos expansión así en todas las estructuras que teníamos. O sea, era una etapa de inversión y finalmente la construcción de la bodega. Y de eso se transforma a un negocio que tiene que tener más flexibilidad. Pasamos de algo de inversión a un negocio operativo. Y el negocio operativo necesita personas que puedan tener cierta independencia, obvio que siempre respondiendo a gerencia. Pero yo creo mucho en todas mis empresas de tener un mundo donde las personas pueden expresarse, le das capacitación, y que puedan tomar decisiones. No siempre van a ser perfectas sus decisiones, pero ¿sabes qué? Yo también aprendí así de una forma.
-Hablaste de inversión. ¿Cuál fue la inversión de este proyecto y qué queda por invertir? Porque hablamos de una bodega que hoy tiene una capacidad operativa de 300.000 litros y a un futuro inmediato pueden proyectarse a 1.100.000 litros. ¿Contame lo que decidiste invertir acá y lo que falta por invertir?
-Y aquí la inversión fue muy importante desde un inicio. Y obvio que la bodega es un aspecto caro de lo que es la inversión. Pero la inversión inicial también fue importante, porque no solo se trató de la compra del terreno, sino también la reconfiguración del mismo. Aquí tenemos tres terroirs muy, muy hermosos que requieren mucho cuidado y que tienen muchísimo potencial. Requirió muchísima inversión y después la bodega. Así que digamos que estamos hablando de una inversión inicial de unos 15 millones de dólares.
-¿Y cuánto es lo que queda?
-Y lo que queda yo considero unos 3 millones más.
-¿Cómo está hoy el vino de Finca Bandini? ¿En qué rango de precios está, por ejemplo, Valor Retail en Estados Unidos?
-Nosotros tenemos realmente 4 líneas de vino porque queremos que nuestro vino tenga una apelación. No importa el bolsillo del cliente.
Entonces la línea Dos Cauces, que es el vino joven, pero también de alta gama, que tenemos un blanco, un rosado y un tinto. Así que puedes comprar y puedes usar cualquiera como un vino diario. Y ese está alrededor de 20 dólares la botella. Después tenemos la línea Los Muros 100 años, tiene un precio de más o menos 35 dólares la botella. Nuestro tercer nivel es Magno Corpore, que tenemos un Malbec, pero estamos sacando también un Cabernet Franc y un Cabernet Sauvignon. Ese ya está en 60 dólares la botella. Y finalmente tenemos el Terroir Único, que se hace 100% en barricas, que está en 120 dólares la botella.Tenemos un Malbec, también sacando un Cabernet Franc y un Cabernet Sauvignon.
-¿Y han formado a un tonelero?
-Es que debido a que no hay toneleros prácticamente en Mendoza, cada vez quedan pocos, entonces formamos a un joven de 27 años para que sea el tonelero que esté en el día a día dentro de la bodega.
-¿Por qué tener un tonelero y cuál es la función? Explicáme ese concepto.
-Y Pepe, como le decimos a José, es una persona muy querida aquí en Finca, lo entrenamos para que se dedique a lo que son las barricas. Cuando nosotros hacemos el Terroir Único, lo hacemos de una forma muy especial 100% dentro de la barrica. Nunca ve tanque de acero inoxidable, ni nada, excepto barrica. Y esa barrica hay que desarmarla y armarla múltiples veces para que se pueda hacer ese vino que es bastante especial. Es todo un laburo muy, muy intensivo, y él se encarga de eso.
- Dentro de la oferta del turismo ofrecen alojamiento. ¿Pero ahora lo que se viene es una oferta gastronómica a un futuro bastante cercano?
-Hace tiempo ya que venimos ofreciendo un menú de tapeo, pero vemos que es mejor tener algo más constante, porque muchísima gente que viene, dice, ¿tienen algo para comer? Y sí, pero generalmente es por reserva. Y aunque va a seguir siendo mayormente por reserva, queremos tener algo más flexible para el turismo. Entonces estamos hablando con unos socios que queremos incorporar a Finca Bandini, que se encarguen con nosotros en la gastronomía y vamos a ofrecer eso al público: un menú de tapeo, un menú de estación y un menú de fuegos.
-¿Y eso lo tienen previsto dentro de cuánto tiempo?
-Y eso lo vamos a estar ofreciendo, creo yo, a partir del primero de septiembre.
-¿Y quién va a estar a cargo?
-No quiero decir el nombre todavía, hasta no cerrar bien todo.
-Mantenés tus negocios en Houston pero estás bastante más seguido en Mendoza ¿Y esto -el vino- realmente es más divertido que el petróleo?
-Es mucho más divertido (risas). Mira, en ingeniería la premisa es que vienen y dicen, yo tengo un problema. En la bodega y finca viene la gente y dice, la quiero pasar bien. Algo completamente diferente. Esto me encanta, me encanta tanto. Yo hago la excusa que tengo que venir porque hay cositas para acomodar y arreglar. Pero vengo aquí para disfrutar, no solo para negocios, sino también mayormente para el disfrute de este hermoso lugar.
-¿Dicen que el ojo del amo aumenta el ganado?
-Así dicen, pero el que confía en el que cuida el ganado, tiene más ganado.
-¿Cada cuánto estás viniendo a Mendoza?
-De cuatro a cinco veces al año. Y me quedó aquí entre dos semanas y cinco semanas. En el año estoy entre dos y tres meses al año.